EL FRITO MALLORQUIN
Uno de los platos más populares es el frito mallorquín (frit mallorquí), que consiste en una fritura de hígado con patatas y pimientos; puede ser de sangre y/o asadura de cordero, cerdo o también marinero. Cabe también hacer mención a las sopas mallorquinas, el tumbet, el lomo con col o con esclatasang (variedad más sabrosa del rovellón encontrado en la Península Ibérica), y las berenjenas rellenas. Existen diversas formas de preparar el arroz, la más típica es la llamada arròs brut, que consiste en un arroz caldoso con setas, caracoles, carne de cerdo, conejo y de aves. El pa amb oli, propio de algunas cenas, es también el plato regional de la isla. Los embutidos son también uno de los principales elementos de su gastronomía; sobrasada, butifarrón, camaiot y blanquet entre otros.
En comidas y encuentros generalmente familiares es típico hacer porcella asada, con patatas troceadas y condimentadas con hierbas de la isla, como el romero. La ensalada que suele consumirse en verano o con la porcella, se la conoce como trampó y se hace con tomate, cebolla y pimiento verde.
Repostería y pastas
El dulce por excelencia es la ensaimada que suele tomarse en el desayuno, pero que también se hacen de tamaños familiares rellenas de crema, cabello de ángel, chocolate o con sobrasada. En semana santa son esenciales las empanadas, rellenas de carne de cerdo, sobrasada y guisantes. Pueden estar hechas de pasta dulce o salada, aunque son más habituales las de pasta salada. También son típicos los crespells y los robiols, rellenos tradicionalmente de requesón, de cabello de ángel y de mermelada. También es muy habitual la denominada coca de verdura, hecha de trampó o de pimientos rojos asados, junto a los cocarrois, que son una especie de empanadas de forma triangular rellenas de verdura y pasas.
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